Tratos crueles, inhumanos o degradantes: caso Fiscalía

Hipólito Lugo Cortés tiene una licenciatura en Derecho, maestría en Ciencias, Área de Derecho Público, y estudios de doctorado en Derechos Humanos. Es visitador de la Oficina en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fue secretario ejecutivo, secretario técnico, visitador general, y presidente del Comité para la Investigación de la Desaparición Forzada de Personas. También se desempeñó como presidente interino en la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero.

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No pasa desapercibida la información difundida en medios de comunicación tanto por la exdirectora de recursos humanos de la Fiscalía General del Estado (FGE) como el comunicado oficial de la propia institución, que dan a conocer un conato de violencia al interior de esas instalaciones, protagonizado entre dicha extrabajadora con la titular y personal de seguridad de ésta.

La denunciante señaló que renunció a su cargo el 9 de febrero pasado y que fue llamada para que le notificaran que fue aceptada su renuncia, y a la vez le entregarían un oficio por el que se le cambia de adscripción al poblado de Huitzuco de los Figueroa; alude que la Fiscal de manera indebida le exigió que lo firmara.

Refirió amenazas de la Fiscal de que “la iba a destruir a ella y a su familia”, y que si no lo firmaba no la iban a liquidar, que en ese momento se encontraba encañonada por los escoltas, entre los que ubica a militares, quienes recibieron la orden de la Fiscal para que la desnudaran, alegando que iba armada y le tomaron fotografías, recibiendo maltrato físico y verbal con palabras altisonantes, así como expresiones de burla.

Me llama poderosamente la atención, la mecánica de los hechos expuestos, y hago la oportuna aclaración que con las reservas del caso, sólo comento con base en lo expuesto públicamente; lo que hace remitirme al Manual para la Investigación y la Documentación Eficaz de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (Protocolo de Estambul), emitido por Naciones Unidas.

En el apartado que alude a los actos de tortura, tiene similitudes con los hechos denunciados, señala que empiezan por la desnudez forzada, que nunca se es tan vulnerable como cuando una persona se encuentra desnuda y desvalida, que la desnudez aumenta el terror psicológico de todo aspecto de la tortura y abre siempre la posibilidad de malos tratos, amenazas y las burlas sexuales, pues incrementan la humillación y sus aspectos degradantes; refiere que para la mujer, el que la toquen forzadamente es traumático en todos los casos y se considera como tortura.

Desde luego que para acreditar los tratos crueles, inhumanos o degradantes y actos de tortura, más allá de otros medios de prueba, es determinante contar con dictámenes médico y psicológico forenses especializados, que se deben realizar dentro del tiempo adecuado, para estar en posibilidad de encontrar elementos técnicos que permitan establecer una concordancia entre el dicho de la exdirectora de recursos humanos y los hallazgos médicos y psicológicos con el fin de determinar si presenta signos y síntomas relacionados con la exposición a un evento traumático.

Ya corresponderá a la Comisión de Derechos Humanos del estado investigar la queja que presentó la denunciante y realizar el pronunciamiento respectivo; es hora de poner en práctica las herramientas y conocimientos adquiridos en el reciente curso taller que sobre el Protocolo de Estambul tomó su personal.

Sin duda que los hechos denunciados generan un impacto social, por atribuirse a la titular de la FGE, quien tiene el deber de actuar con profesionalismo y ser garante de la observancia de los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y respeto a los derechos humanos, como lo establece el artículo 21 párrafo noveno de la Constitución Política Federal; pues el ejercicio de la función sustantiva de esa institución de llevar a cabo la investigación y persecución de delitos, es y debe ser compatible con el respeto a derechos humanos.

El exigir la firma de un documento o incluso de una renuncia, como lo ha denunciado el personal de la FGE, resulta ilegal, pues existe el derecho de negarse a firmar, al ser una manifestación unilateral de la voluntad del trabajador para decidir en cualquier momento dar por terminada la relación laboral; en su caso la autoridad deberá circunstanciar esa negativa de firmar y en su calidad de patrón podrá, habiendo causa justificada, rescindir en cualquier tiempo la relación de trabajo, debiendo cubrir los requisitos y formalidades que revistan de legalidad su actuación; y el trabajador tendrá derecho de ejercer las acciones correspondientes ante los órganos jurisdiccionales competentes.

Ya hemos mencionado el retroceso que ha experimentado la FGE, al nombrarse una titular con un perfil militar; así como la omisión en la que incurrieron las diputadas y diputados del Congreso del estado al no nombrar titular de la Fiscalía, y allanarle el camino a la ciudadana Gobernadora quien sí la designó; menoscabando el avance incipiente que se había dado al contemplarse en el marco jurídico una responsabilidad compartida en esa designación y pasar por alto los estándares internacionales para este procedimiento.

EL maltrato denunciado originó una movilización de los trabajadores de la FGE, y fueron recibidos por el diputado presidente de la JUCOPO, quien refirió que tienen las puertas abiertas; eso es bueno, escuchar a las y los trabajadores, pero, no basta ese oportunismo político… en verdad creerán que hará algo?. La duda surge, porque cuando tuvo la oportunidad como legislador, como responsable de la fracción parlamentaria más importante del Congreso y de la JUCOPO, mostró omisión y falta de compromiso con las organizaciones civiles que cuestionaron la incorporación de militares en puestos que deben corresponder asumir a civiles, como sucedió en la FGE; pues yo, no creo que haga algo, el Congreso ni siquiera emitirá algún exhorto a la Fiscal y mucho menos a la ciudadana Gobernadora.

La que sí resultó acertiva fue la postura de diálogo asumida por la Fiscal para con el personal bajo su mando, sin duda que ese es sendero que conducirá al entendimiento entre ambas partes.

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