Ángel Galeana/Chilpancingo
La Iglesia católica lamentó el atentado que sufrió el sacerdote de la Parroquia de San Gerardo, Felipe Vélez Jiménez, en el municipio de Chilapa, y exigió a las autoridades investigar la verdad de lo que ocurrió.
La Diócesis Chilpancingo-Chilapa, encabezada por el obispo José de Jesús González Hernández, señaló que es necesario que el pueblo sepa que las autoridades de seguridad y justicia trabajan, y estar seguro que la impunidad ya no es una constante en la investigación de los delitos.
Tras el ataque armado que sufrió el padre, la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, a la que pertenecen las zonas de Iguala y de Chilapa, publicaron comunicados en los que lamentaron el ataque al sacerdote.
«Lamentamos profundamente el atentado contra la vida e integridad del Pbro. Felipe Vélez Jiménez (…) y pedimos a nuestras autoridades investigar la verdad de estos hechos. Es congruente con nuestra misión trabajar a favor de la construcción de paz y la reconstrucción del tejido social en nuestro estado», exigió la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.
«Rechazamos estos terribles hechos violentos que vivimos en México (…) pedimos a Dios nos conceda la paz que tanto anhelamos y rogamos por la conversión de los criminales que causan dolor a la sociedad», señaló la Conferencia del Episcopado Mexicano.
El sacerdote Felipe Vélez es párroco de la iglesia de San Gerardo en Iguala. La Fiscalía estatal informó que fue atacado a balazos por delincuentes que se trasladaban en una motocicleta alrededor de las 12:40 del día, quienes acertaron un disparo en la ceja y dieron 4 más al automóvil.
Felipe Vélez iba a Chilapa a visitar «unos conocidos», informó la Fiscalía.
La Diócesis Chilpancingo-Chilapa informó en su comunicado que el sacerdote es atendido por médicos especialistas, quienes les han informado que su estado de salud es delicado pero estable, situación que les da esperanza de recuperación.
La Diócesis señaló que siempre se ha declarado a favor de la paz y del tejido social en Guerrero, «y creemos no haber sido ocasión para este tipo de acciones violentas.
«El pueblo necesita saber que las autoridades e instituciones responsables de la seguridad y la impartición de justicia están trabajando para protegerlo y cuidarlo, así como estar seguros que la impunidad ya no es una constante en la impartición de justicia y atención e investigación de los delitos», señala el comunicado.
Indicó que como institución se suman al reclamo social de paz, tranquilidad y seguridad en Guerrero.
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano, que semanas atrás fue una dura crítica del Gobierno federal exigiendo un cambio en la estrategia de seguridad del país, y convocando a manifestaciones por la paz en todas las iglesias, esta vez solo emitió un comunicado en el que lamentó el atentado, rechazó los hechos violentos que se viven en México y agradeció a los médicos que atienden al sacerdote.
Según diversas declaraciones del funcionarios de la Fiscalía de Guerrero, en Chilapa opera el grupo delictivo Los Ardillos, el cual ha sido defendido por el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza al señalar que lograron paz en las zonas en las que tienen el control y, particularmente en Chilapa, dijo en diversas entrevistas que habían desaparecido los asesinatos, extorsiones y desapariciones.
Tras el atentado al sacerdote, se intentó contactar a Rangel Mendoza, pero esta vez no respondió.