Detienen a dos menores indígenas para obligarlas a casarse en Tlacoachistlahuaca

Alina Navarrete Fernández/Chilpancingo, Gro.

Dos mujeres indígenas menores de edad fueron detenidas en Tlacoachistlahuaca, su familia pretendía obligarlas a casarse pero el Ayuntamiento y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG) intervinieron para liberarlas.

En entrevista, la alcaldesa Saraí Pineda Arce, detalló que los hechos ocurrieron en la comunidad de El Capulín, en donde el tío de las adolescentes –una de ellas de 14 años de edad– solicitó a las autoridades locales que ambas fueran recluidas en la cárcel de la Comisaría para evitar que salieran del pueblo.

Uno de los habitantes contactó vía celular a la presidenta municipal para informarle de la situación por lo que Saraí Pineda envió a personal del área jurídica, la Dirección de Protección de Infancia y solicitó acompañamiento de la delegada regional de la CDHEG, Gretel Dávila García, para liberar a las adolescentes.

Las autoridades confirmaron que las dos menores de edad estaban en la prisión, como “castigo” para que “sentaran cabeza”, ya que tradicionalmente las mujeres se casan entre los14 y 18 años de edad; finalmente, se logró su liberación. Ambas permanecen en la comunidad con su madre y acompañamiento psicológico.

Ante este caso, el Ayuntamiento citó a los comisarios del municipio a una reunión extraordinaria para abordar el tema el próximo lunes, “no vamos a permitir que se vuelva a repetir”.

Sin justificar las tradiciones, Saraí Pineda expuso que “se sataniza” el tema fuera del municipio e incluso algunas personas piden cárcel para los hombres “pero para ellos no es un delito, no es una situación que esté relacionada con violencia porque a ellos así les enseñaron”.

Explicó que hay “una educación histórica, patriarcal que sus abuelos, sus bisabuelos y sus papás les enseñaron, que deben de tener poder sobre la mujer”.

“Yo no lo justifico, por supuesto, pero estamos en una etapa de reeducamiento para nuestros varones porque no podemos satanizarlos en tanto no comprendan completamente que es un delito que está penado, que no se puede hacer, que no se puede ejercer así el poder y la violencia contra las mujeres”, dijo.

Resaltó que las niñas “están liberadas, están a salvo y nosotros vamos a seguir velando y vigilando que no se repita ni en El Capulín ni en ninguna otra localidad”. Saraí Pineda puntualizó que mantiene comunicación directa con las 28 localidades y los 5 anexos que conforman Tlacoachistlahuaca, lo que le permite tomar acciones inmediatas.

Por otra parte, detalló que en el caso de las dos adolescentes una no estudia y la otra cursa la telesecundaria; en ese sentido, el acompañamiento del Ayuntamiento también consiste en orientar a las mujeres en lo que pueden lograr con su formación educativa y profesional.

“No todos los matrimonios son forzados, muchos son voluntarios pero por costumbre, ya traen (las mujeres) ese chip de que entre 14 y 18 (años) te tienes que casar, sino ya te quedaste, es un chip formado en los senos familiares”.

Debido a esta situación el DIF Municipal desarrolla talleres de distintos oficios como alfarería, telar de cintura, computación y matemáticas, dirigidos a las mujeres, a la par de un acompañamiento psicológico para que comprendan “que viven violencia” y no normalicen su contexto.

Sobre la Estrategia para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Niñas y Adolescentes en las regiones Montaña y Costa Chica, Saraí Pineda reconoció que la “acción más importante” de este programa en el que participan los tres niveles de gobierno es la capacitación que reciben las autoridades municipales.

“A nosotros, me incluyo, nos enseñan cómo proceder o cómo atender un caso como éste, qué es lo que hay que hacer porque no es cualquier tema, no es lo mismo que atender un delito de robo o un delito abigeato”.

Enfatizó que las autoridades estatales envían capacitaciones constantes para que identifiquen los tipos de violencia en el contexto de cada comunidad.

Finalmente, manifestó que es importante que las autoridades municipales reconozcan y atiendan los casos, salvaguardando a las víctimas para evitar el morbo y que las mujeres no tengan vergüenza de acceder al apoyo institucional.

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