La lucha de la nutrición contra enfermedades crónico degenerativas

José Isaid León Rodríguez es licenciado de nutrición y ciencia de los alimentos con maestría en ciencias de la educación. Se ha desempeñado como asesor nutricional del equipo de división profesional Los Avispones de Chilpancingo. Ha sido conferencista a nivel nacional e internacional en temas de nutrición en la infancia y adolescencia, y coordinador del consultorio de nutrición Equilibrato. Nutriólogo capacitador del personal de la Secretaría de Salud en Guerrero, y docente en la Universidad Autónoma de Guadalajara en el área de nutrición del deporte.

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Las enfermedades crónicas, también consideradas como enfermedades no trasmisibles, son las que causan más defunciones a nivel mundial, 6 de cada 10 personas mueren por una enfermedad crónica.

En el año 2021 la revista Forbes publicó una nota muy interesante que comenta que el Instituto Mexicano del Seguro Social gastó 58 millones de dólares en el tratamiento farmacológico de sólo 3 enfermedades crónicas: diabetes mellitus tipo II, hipertensión y la enfermedad renal crónica.

El 75% de las muertes en México tienen su causa en enfermedades crónico-degenerativas.

Los 4 factores de riesgo para que se presenten este tipo de enfermedades crónicas son:

  1. Lípidos sanguíneos elevados (colesterol y triglicéridos).
  2. Niveles de azúcar elevados en sangre.
  3. La hipertensión arterial.
  4. La obesidad.

Lo que hace muy difícil su tratamiento es que en ocasiones estas enfermedades crónicas degenerativas no presentan algún síntoma aparente, pueden estar en el paciente y pasar desapercibidas, lo que retrasa el tratamiento médico y la intervención de un equipo multidisciplinario.

También sería importante pensar que estas enfermedades crónicas degenerativas son mejor prevenirlas, pero la falta de políticas públicas en nutrición y deporte son un factor muy importante que dificultan la atención de padecimientos como diabetes mellitus tipo II, hipertensión, obesidad, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, cáncer.

Algunos de los tratamientos no farmacológicos que han dejado de lado es la nutrición y el deporte como una estrategia mucho más económica para tratar este tipo de padecimientos crónicos, pero si analizamos el panorama de México, el gobierno no invierte recursos específicos en programas, como por ejemplo, en contratar más nutriólogos en el esquema de salud público, no invierte en generar más canchas y unidades deportivas públicas gratuitas para que los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores realicen alguna actividad física de manera formal con un entrenamiento preciso. En estas condiciones será muy difícil modificar todos los factores de riesgo que ocasionan que las enfermedades crónicas aparezcan y, sobre todo, que ahora atacan a los niños y adolescentes con una incidencia mayor.

Recordemos que la implementación de buenos hábitos de alimentación en la dieta es una tarea que se aprende habitualmente en la familia, pero si los padres no tienen esta asesoría nutricional brindada por un profesional de la salud como lo es la figura del nutriólogo, se van a repetir los patrones erróneos de alimentación que han estado generando sobre peso, obesidad en niños y adolescentes que muy probablemente experimentarán alguna o varias enfermedades crónicas al mismo tiempo.

El reto es muy grande y existen modelos alimentarios estudiados a nivel mundial que han comprobado que modificando patrones de alimentación podemos evitar y disminuir las complicaciones de las enfermedades crónicas degenerativas.

Una estrategia muy estudiada es la dieta mediterránea, la cual es uno de los modelos alimentarios más sanos del planeta, es quizá el modelo de referencia por excelencia, y basa sus preferencias en alimentos vegetales, sobre todo, alimentos pocos procesados, en la medida de lo posible frescos, locales y de temporada. También influye mucho la forma en que se elaboran procesan y cómo los consumimos.

Pero la dieta de la milpa, que fue diseñada por el Dr. Mauricio Padilla, se equipara en todos los nutrimentos que posee la dieta mediterránea, pero utilizando alimentos originarios de Mesoamérica y adaptados a la realidad mexicana.

La dieta de la milpa tiene tres características: diversidad, adaptabilidad e integración, ya que cuenta con una gran riqueza de elementos que se pueden adaptar de acuerdo a cada región, e integrar otros de diferentes regiones tanto del país como del mundo, siguiendo sus principios. Fomenta el consumo de maíz, frijol, calabaza, chile; grasas como el aguacate, frutas y semillas como el cacahuate, pepitas de calabaza aunado con proteínas de alto valor biológico, pero con poca grasa saturada y deja de lado todos los alimentos ultraprocesados.

Podemos ahorrar muchos recursos económicos si retomamos el pensamiento de el padre de la medicina, Hipócrates: “Que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”.

Cambiando nuestra dieta podemos sanarnos, pero este cambio conlleva romper muchos intereses políticos y acuerdos económicos que sólo benefician a unos cuantos.

Recuerda comer sanamente, come Equilibrato, hasta pronto.

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